sábado, 28 de febrero de 2009

S. C. DE BARILOCHE CERRO LÓPEZ - LA HOYA

SAN CARLOS DE BARILOCHE


Cerro López - La Hoya







Se parte del refugio del Cerro López que se observa en la primera foto. Luego trepar por la piedra y pasar manchones de nieve.




Después de 50 minutos se llega a un lugar llamado la Hoya, donde conserva nieve aún en verano.


Es un lugar muy amplio, donde podremos disfrutar y jugar con la nieve. En algunos veranos suele formarse una pequeña laguna en el centro.




Desde lo alto se divisa un paisaje espectacular. Sin mas palabras aquí hay un vídeo y fotos de ese bello lugar de Bariloche.

jueves, 26 de febrero de 2009

S. M. DE LOS ANDES - MIRADORES - CERRO COLORADO

SAN MARTIN DE LOS ANDES


MIRADORES ARRAYANES Y BANDURRIA














Son los dos miradores más importantes que tiene la ciudad, donde el paisaje que se contempla, da una verdadera dimensión del casco céntrico y del lago Lacar.
Se puede llegar a ellos caminando, ya que será un excelente ejercicio, para luego emprender trekking más prolongados.
En un mismo día se pueden realizar los dos. Tengan en cuenta de llevar una pequeña mochila con el mate y algo para comer.







CERRO COLORADO

El día se presentaba caluroso. No era el clima más apropiado para subir al Cerro Colorado, pero
decidimos ir igual.
Salimos a las 10 am, un remis nos llevó por la ruta de ripio que va al paso de Hua Hum, y en solo 15 minutos nos encontrábamos en la tranquera, donde comienza el sendero. Podrán notar un cartel de Parques Nacionales, que indica el comienzo de la senda como así también números de emergencia, que recomiendo cargar en el celular.
No es fácil ver la cima del cerro desde la entrada, ya que está lejana.
En un principio la huella empieza llana, hasta cruzar un arroyo muy pintoresco, que nos abastecerá de agua para el resto del camino.
Luego continúa en un hermoso bosque de coihues lleno de flores de amancay.
A los pocos minutos de caminata comienza el acenso , que será continuo hasta la cumbre, pasando por bosques de coihues centenarios, espesuras de caña colihue y por último un corto pedrero, que nos llevará a la cima. Veremos su hermoso color ocre, ya que es de lava volcánica.
Les aconsejo llevar bastante agua, aunque nos pese en la mochila. Disfruten de la caminata y suban despacio mirando los paisajes. No está demás llevar bastones de trekking o si no tenemos, siempre hay una caña o un palo que lo suplanten.
La dificultad es media, y el tiempo estimado de ida es de dos hs., pero yo lo hice en tres hs., y dos hs y media para bajar.
Una vez en la cumbre, si el día es claro se puede ver el volcán Lanin, el lago Lolog, y en toda su extensión el lago Lacar. No regresen sin antes depositar una piedra en la montañita que se encuentra en la cima, ya que simboliza el haber hecho cumbre.
Me propuse sorprender a mi esposa y mi hijo, que me acompañaban; y en un momento saque de mi mochila una pequeña vasija de vino fino con la copa de pie. Brindamos y repusimos fuerzas, para emprender el descenso.
Cuando estábamos a medio camino nos falto agua, y estábamos con una sed atroz, debido al intenso calor.
Al llegar al arrollo nos repusimos. Luego llamamos nuevamente al remis y en media hora estábamos en San Martín de los Andes, disfrutando una buena cerveza helada.


martes, 24 de febrero de 2009

El CHALTEN - MIRADOR DE LAS AGUILAS

Al otro día que llegamos al Chalten, fuimos a realizar nuestro primer trekking. Nada mejor para estirar las piernas que el mirador de los cóndores y de las águilas; después del agotador viaje desde Perito Moreno, que duro todo el día.




La senda sale en la entrada del pueblo justo al lado del campamento de vialidad. Tiene una pequeña subida, que puede servir para ajustar los bastones y contemplar en toda su plenitud el pujante pueblo. En el mirador; mate de por medio, se nos paso toda la tarde, planeando las futuras salidas a la montaña. Observen lo que se ve de arriba.

Eduardo

febrero/2009

lunes, 23 de febrero de 2009

OPINION - Piquetes en los Andes

PIQUETES EN LOS ANDES

Desde que comencé a viajar a la Patagónia, un tema que me preocupó siempre fue el de las llamadas "comunidades originarias". Sería muy largo de enumerar en esta ocasión a que se considera "originarios", ya que hay suficiente bibliografía histórica que demuestra que los verdaderos antepasados que habitaron las tierras patagónicas no fueron estos "pueblos originarios", que tanto reclamos hacen a nuestras autoridades.
Los aborígenes primitivos fueron los TEHUELCHES, que era gente pacifica; dominados posteriormente por los MAPUCHES, que venian de Chile.
Sin embargo guardo especial respeto por todos aquellos nativos de la tribu Curruhuinca de la zona Vega Maipú, que acompañaron al Capitan Adolfo Drury con 40 hombres del regimiento 7° de caballería dejando establecido el fuerte Maipú a solo dos km. del Lago Lacar. Pero pienso que el gobierno Argentino cedió tierras a esas poblaciones para que se instalaran. Fue otro tiempo pasado...la guerra del desierto quedó en la historia.
Sin evadirme del tema y entrar en historia antigua, continuo contándoles una anécdota de un viaje que realicé a Villa la Angostura.
El dueño del camping donde estábamos, una mañana, me cuenta que tenia tierras en la zona del Cerro Inacayal. En una oportunidad en que las estaba visitando se encuentra que había instalado en su propiedad una casa de madera y una bandera multicolor. Su propiedad había sido ocupada por un grupo de argentinos que ostentaban una bandera que no era la celeste y blanca.
Con la bronca del caso, este buen hombre, regresa al camping, carga en su camioneta una moto cierra, y regresando a su tierra destruye la casilla, con el conflicto que esto generó.
Soy habitual lector del diario de San Martín de los Andes "La Bandurria", ya que el pensamiento de su editorial concuerdan con los mios.
Seguidamente paso a copiar una de las tantas notas editoriales que refleja el problema en la zona:


"El gobierno neuquino decidió anticiparse a nuevas ocupaciones de tierras por parte de las comunidades mapuches y el pasado miércoles, el propio gobernador Jorge Sapag aprovechó su estancia en San Martín de los Andes, para escriturar a favor de la comunidad Vera (ver crónica aparte) lo prometido en julio pasado por su ministro de Gobierno, Jorge Tobares, uno de los miembros más eficientes y activos de su gabinete, junto con Leandro Bertoya de Desarrollo Territorial. Cabe recordar que en plena temporada invernal –la más importante económicamente para la ciudad- miembros de esta agrupación y activistas políticos y sindicales cortaron el acceso al complejo de esquí más importante de la Provincia.
Si bien el acuerdo cierra con el reclamo de los Vera, lejos está de conformar a los Curruhuinca que también peticionan –es un modo de expresión literaria- un reconocimiento parecido con la condición, expresa y anticipada al gobernador por uno de sus dirigentes, de que se pueden volver a producir tomar o cortes de rutas en torno al cerro Chapelco. Los Vera tuvieron mayor cintura política y lograron un acuerdo que los beneficia y le reconoce derechos ancestrales discutidos hoy desde distintos ángulos jurídicos, políticos e ideológicos.-
Es que el tema Mapuche encierra una complejidad tal donde no es ajeno el juego geopolítico de las grandes potencias, especialmente Inglaterra que se mantiene expectante sobre todo lo que acontece sobre La Patagonia argentina, un territorio despoblado y pleno de los dos recursos mas valiosos del Planeta: agua potable y minerales. La estrategia del reclamo Mapuche va mucho más allá de simples frases armadas desde ideologías superficiales. Quizá, ni los mismos protagonistas, salvo muy contados, pueden exhibir ese nivel de conocimientos profundos.
Por eso, si bien el acuerdo con los Vera calma determinadas ansiedades y reconoce –al menos en lo fáctico- derechos heredados, está lejos de haberse llegado a una solución integral al problema, fundamentalmente cuando determinado sindicalismo o bolsones de la misma Administración Pública -verbigracia Parques Nacionales- creen que están haciendo su revolución social al alentar la toma de tierras o el corte de rutas. En ese contexto el escenario será el mismo mientras se espantan inversores y se cierran fuentes de trabajo."
por Hugo Morales
Domingo30 de noviembre del 2008
Diario La Bandurria San Martín de los Andes

Dejo a Uds. que formen su opinión.

Estoy pensando que movimiento puedo fundar yo, ya que mis abuelos eran italianos. Ellos y mis padres con mucho sacrificio compraron su lote y luego edificaron su casa.
Pido a Uds. que me den una idea de los colores de la bandera que adoptaremos, fuera de la celeste y blanca; que solo la usaremos para ir a un hospital de la zona o para que nuestros hijos vayan a la escuela. La misma que en su frente flamea con los colores celeste y blanco. Es así... hay que diferenciarse, de los otros argentinos para reclamar algo. Por supuesto este reclamo lo haríamos extorsionando a las autoridades, las mismas que quieren ganar nuestros votos, también cortando rutas a los centros invernales; en fin...jodiendo a los demás que se dedican a trabajar.

Saludos a los sufridos argentinos que aún no se organizaron en algún movimiento, y espero sus opiniones.


Eduardo
febrero 2009

domingo, 22 de febrero de 2009

CURIOSIDADES - EL MODESTA VICTORIA


EL MODESTA VICTORIA

El emblemático barco, que aun hoy, por suerte sigue navegando por el lago Nahuel Huapi; fue construido por la Administración de Parques Nacionales. Mas precisamente en los albores de esta prestigiosa institución, cuyo primer presidente fue el Dr. Exequiel Bustillo (hombre de gran dinamismo, que impulsó el entonces villorio que era San C. de Bariloche en el año 1934).
La nave fue construida en Holanda, en 1934 por los astilleros Vershure and C° de Ámsterdam, luego de ganar un proceso licitatorio, donde intervenía también una empresa argentina.
La curiosidad del tema fue que primeramente el barco se tuvo que fabricar y armar en Holanda, luego desarmar y trasladarlo a la República Argentina, y del puerto a San C. de Bariloche, por tren. En esta ciudad se volvió a ensamblar las partes y tardaron un año para botarlo en el lago, debido a los múltiples preparativos que se debieron hacer. El lugar elegido para la botadura fue puerto Moreno, cerca de la estación ferroviaria de la ciudad.
Su primer viaje lo realizó en enero de 1939, con la pompa del caso, y su nombre fue sugerido por el presidente Justo (gran conocedor de la Patagonia), el cual recuerda a la embarcación comandada por el teniente Eduardo O´ Connor.
En el año 1883 el teniente O´Connor asumió la directa responsabilidad de organizar la cuarta expedición fluvial, que zarpo de Patagones. Como los viajes anteriores demostraron la imposibilidad de llegar con un vapor, llevó una lancha más pequeña, con la que pudo llegar con éxito al gran lago y plantar la bandera Argentina en el Cerro el Carmen (mismo lugar en que la enarboló el Gral. Villegas en 1881), fue el primero en navegar las márgenes del lago Nahuel Huapi, remontado el rio negro y el correntoso Limay. Esta famosa lancha que surcó por primera vez el lago se llamó en ese momento Modesta Victoria.
Mis averiguaciones en internet determinaron que, en honor a su esposa Modesta y a la Victoria de haber llegado a estas tierras lejanas, pero en verdad no sé si la información que he recogido es verdadera
El que haya tenido la suerte de navegar en esta preciosa nave; como yo, pudo haber apreciado su fino diseño de principios del siglo XX, el detalle de sus bronces y su maderas lustradas.
El Modesta Victoria forma parte de la belleza de este majestuoso lago y del orgullo de San C. de Bariloche.

Eduardo Roberto
Febrero/2009
Fuentes: El despertar de Bariloche por Exequiel Bustillo
Patagonia azul y blanca por Clemente I. Dumrauf

sábado, 21 de febrero de 2009

TREKKING AL CERRO FITZ ROY

TREKKING AL CERRO FITZ ROY
Desde octubre del 2008, venia planeando este viaje al Chalten, con una escala de tres días en la localidad de Perito Moreno, para conocer cueva de las manos. Ya para diciembre estaba todo listo. El viaje lo organice todo por internet, parando en hostel y alternando en carpa las salidas a la montaña. Esta vez quería conocer la Patagonia austral.
Pero sin duda la frutilla del postre era estar lo más cerca posible de esta maravilla que es el Fitz Roy.
El día que debíamos salir se presentaba algo nublado, pero con buen ánimo la noche anterior preparamos las mochilas y las provisiones para dos noches, y al otro día después de dejar los bártulos que no nos eran útiles en custodia a Marcelo, (encargado del hostel Lo de Tomy), partimos a las 10 am.
La senda que va al Fitz quedaba unas pocas cuadras del hostel, pero un amigo me aconsejo que la retomara al revés, ya que hasta la laguna Capri hay una hora de subida, que a mi edad y una mochila de 80 l. se me podía hacer muy pesado. Partimos los tres mi esposa, mi hija y yo. Tomamos un remis, que nos dejaría en la hostería del Pilar, por el camino que va a Lago del Desierto. Llevaba un par de bastones, (algo sumamente indispensable para un trekking, ya que ayuda muchísimo, más cuando se va cargado).
Entre los chismes pueblerinos de un simpático remisero, mirábamos el paisaje de ese camino de ripio que es espectacular. Existen varios miradores sobre el rio de las vueltas. No alcanzan las fotos que se puedan sacar.
Llegamos a nuetro destino después de un ameno viaje de cuarenta minutos aproximadamente. Es una hostería de montaña muy típica. Sobre el costado derecho, comienza la senda bien marcada que pasa por el espectacular glaciar Piedras Blancas, y llega al campamento Poincenot, después de tres hs de recorrido, (haciéndolo muy despacio y contemplando los paisajes, como a mi particularmente me gusta), dado que yo tomo el trekking como un placer no como un entrenamiento militar. Por eso aconsejo que a los tiempos que marcan las sendas lo multipliquen por dos, ya que son tiempos que no toman en cuenta los descansos, las paradas para sacar fotos, ni la carga que uno lleva.
La senda recorre bosques de lenga, que parecen mágicos, y bordea el hermoso y espectacular río Piedras Blancas. A la hora y media llegamos al mirador del glaciar Piedras Blancas, nos tomamos un descanso, con buena suerte, ya que pudimos observar un desprendimiento que filmamos. Nos sentíamos realmente reconfortados por la hermosura y la majestuosidad del lugar. Pero amigos eso no sería nada!
La caminata se hacía cansadora, pero recompensaban a cada rato los paisajes que descubríamos.
Por fin a la hora y media llegamos al campamento Poincenot. Armamos nuestra carpa rápidamente, ya que el día, lamentablemente no pintaba favorable. El Fitz estaba tapado de nubes. Este campamento se encuentra adecuadamente protegido por los intensos vientos que vienen como ráfagas, en oportunidades a más de 100 km. por hora . Lo rodea un bosque añoso, en el que se nota la acción de los grandes vientos por la cantidad de troncos caídos. Por este motivo aconsejo armar la carpa en sectores protegidos pero bajo árboles jóvenes. Nuestra carpa era una cacique aero 2/3, apenas entraban tres personas muy apretadas, pero sabía que era sumamente confiable para los fuertes vientos de la zona, que debo decir es completamente distinta a la de los grandes lagos del norte (de Esquel hacia el norte). El clima es sumamente cambiante, ya que en el mismo día puede llover y salir un sol abrazador en una hora de diferencia. Solo se veían extranjeros, y muy pocos argentinos. Me sentía en otro país, pero muy orgulloso viendo al turista del exterior valorar los hermosos paisajes que tenemos y que hay que cuidar al extremo como si fuera oro. E l Poincenot es un campamento libre, es decir no hay nada. Para el que no sabe que significa campamento libre, quiere decir que podemos encontrar con suerte una letrina, la cual no aconsejo visitar. Si bien toda el agua es potable, yo aconsejo llevar un jugo en polvo para proveerla de sales, ya que es pura sin contenido de estos nutrientes. Recordemos que en la caminata se consume muchas sales minerales.
Ahora bien lo sospechado paso, al atardecer, después de comer empezaron a caer unas gotas y así todo el resto del día y la noche. Esa noche dormimos tranquilos por el cansancio de la caminata del día anterior, pero cuando despertamos a la mañana siguiente seguía lloviendo.
Nos toco estar todo el día dentro de la carpa, acostados y sin movernos, con lo reducida que era. Para estos casos lleve un viejo sobre techo de una carpa canadiense para que nos sirviera de reparo y cocinar algo. Pero había un cartel prohibiendo improvisar reparos de esta naturaleza, y como se debe hacer, lo respeté, como correspondía. Solo atiné a envolver las tres mochilas en el mismo y sacarlas fuera de nuestra reducida carpa, que si bien se la banco, la tela al ser ya antigua no es impermeable de por sí como las nuevas tecnologías sino que es impermeabilizada. Con esto quiero decir que transpira bastante, y al rozarla cae agua.
Nos empezábamos a poner nerviosos. Haber planeado tanto, hacer este largo viaje, y no ver lo principal, era terrible. No sabíamos cuando pararía. Teníamos pensado pasar una noche en laguna Capri, a mitad de camino ya regresando al Chalten, pero desistimos y nos quedamos quietos en ese campamento con la esperanza que al otro día mejorara. El tema era como íbamos a pasar esa noche. La cintura mía ya no quería saber nada. A media noche seguía lloviendo, la idea de conocer el Fitz ya se diluía.
Todos logramos conciliar el sueño hasta que un fuerte viento nos desperto, era una buena señal. En ese momento se sentian caer unas pequeñas gotitas en el ya castigado sobretecho. Asome la cabeza y me di cuenta que provenian de los árboles, ya no llovia, las nubes parecian que estaban jugando carreras. Lo que mas deseaba era salir de la carpa y tomar unos mates. Así lo hicimos todos, y cuando los primeros rayos del sol asomaron en el campamento procedimos a sacar las bolsas y camperas que estaban un poco humedas, procedimiento que me imitaron los demas ocacionales vecinos.
Cuando el equipo estubo en condiciones partimos para laguna de los Tres. Y no solo nosotros sino un sin número de personas que estaban esperando ese momento. El tráfico de la senda era tan intenso, luego de esa lluvia que fastidiaba un poco.
Lo primero fue cruzar un puente hecho con dos troncos sobre el Rio Piedras Blancas, se sube un pequeño tramo y a los pocos minutos se llega a un paraje realmente hermoso, que es el campamento Piedras Blancas, reservado para los escaladores, descansamos en un rústico refugio, y emprendimos la subida que se hace muy empinada en los últimos 500 metros.
El esfuerzo se ve ampliamente recompensado. Ya al vislumbrar la cumbre de la morena se veia un espectaculo increible, aunque todabia el Fitz, estaba cubierto, con una nube que no quería despegarse del magnífico cerro. Estabamos realmente cansados, nos sentamos a esperar que se mostrara en toda su magnitud. Al poco rato fue esto lo que sucedió, ya mis nervios se habian dicipado, en todos pesaba una tranquilidad, y una alegria tremenda. De todo eso nos queda el recuedo en la retina de nuestros ojos, alguna fotos magnificas, y este relato que trato de escribir para la gente que valora nuestros parques y la hermosura de la Patagonia.
Al rato regresamos al campamento, ya que teniamos que armar las mochilas.
Así lo hicimos, tranquilos comenzamos a bajar, comentando lo que acababamos de contemplar. Cuando llegamos al campamento Poincenot, acomodamos todo, y después de tomar una sopa caliente, emprendimos la vuelta al Chalten. Fueron 9km. y medio de unos paisajes increibles, ya que el Fitz, se dejaba ver en toda su plenitud a nuestras espaldas, mientras caia el día
El sendero esta bien marcado. Por momentos se cruzan bosques de lenga que dan un aspecto encantado al ambiente. En otros momentos se pasa por pequeñas pampitas bajas, que forman mallines. Es aquí donde se nota el trabajo desarrollado por Parques Nacionales al mantener la senda. En esa zona se camina por largos deck hechos de troncos, que se suspenden sobre el agua.
Nos dimos el lujo de desviarnos a la laguna Capri, que por cierto, contagia una paz descomunal. Luego la senda baja permanentemnte, aproximadamente 1 hs y media. Recorde el buen consejo de mi amigo. Ya llegando al Chalten se tiene unas vistas del pueblo y del Rio de las Vueltas muy buenas.
Finalmente, llegamos cuando la tarde caia… dejamos nuetras mochilas en el hostel, y nos fuimos a festejar al Muro (un excelente restorant), brindando por lo que habiamos conocido… eso si con un buen vino patagónico…




Eduardo febrero /2009